Dracón fue un legislador Ateniense durante el siglo VII a.C.; autor del famoso código, el cual lleva su propio nombre, “Código de Dracón”.
El encargo fue recibido en el año 621, con el fin de realizar una revisión a la Constitución y a las leyes de aquel entonces. Y es que Atenas vivía un momento bastante álgido, al haber un constante abuso por parte de los Eupátridas; así como al surgir una verdadera lucha social, al haber disputas entre las distintas clases: la clase aristocrática y el demos; siendo parte importante de ésta última los comerciantes. La lucha tenía un solo fin: obtener el poder político[1].
Bajo dicho escenario, Cilón, un noble ateniense, intentó tomar el poder en el año 632 a.C, bajo lo que conocemos como “golpe de estado”, ergo se dice que intentó establecer la tiranía en Atenas. Se dice también que, al igual que el tirano Teágenes de Mégara, quien además era su yerno, intentó establecer el mismo poder a través del “golpe”[2].
Por todo ello, se entiende que Atenas necesitaba una reforma, para combatir los males sociales y de tiranía que los aquejaba. Así pues, Dracón fue el encargado de darle “solución” a la convulsión que vivía Atenas. Es así que establece una serie de castigos severos para los delitos, siendo éstos desde los más graves, hasta los más leves; radicando ahí su dureza y severidad. He ahí que ahora se le denomine como Código penal, al establecer una serie de castigos, entendidos como sanciones, para delitos explícitos; entre las cuales se encontraba la muerte. Lo llamativo de ello, es que la misma sanción era aplicada tanto para delitos graves como leves; como por ejemplo, el robo; evidenciando la severidad con la que se conoce.
Es así que, a raíz de un Código, y a través de la designación de un legislador extraordinario, se intentó regular una serie de delitos con sanciones duras, a fin de lograr el orden en Atenas. He ahí el origen del término “draconiano”, el cual hoy en día es utilizado como sinónimo de “extremadamente duro”.
