A dos años de la educación virtual: el derecho a la educación y a la salud de los escolares y la necesidad de volver a las aulas

  1. Introducción.

En este artículo trataré de exponer el serio problema que supone la demora al retorno escolar para los niños y adolescentes del país y las consecuencias que ésta generan con especial énfasis en aquellos que se sitúan en un estado socioeconómico más desfavorable.

Como se verá lo largo de este artículo, dada la situación actual y las insuficientes medidas adoptadas por el gobierno, se estaría afectando principalmente dos derechos fundamentales, que son: el derecho a la educación y el derecho a la salud de esta población estudiantil que constituyen pilares esenciales para el goce de una vida digna.

De esta manera, se espera generar en los lectores una pequeña reflexión de cómo en la realidad se estarían afectando estos derechos fundamentales de los estudiantes que, si bien no son los únicos afectados por la pandemia, forman parte de un grupo importante para nuestro país.

2. Situación actual

Para empezar a retratar la situación actual, debemos tener en cuenta que ya son más de 620 días desde que se declaró el estado de emergencia en el país y desde que los estudiantes dejaron la presencialidad por la virtualidad en su aprendizaje. A pesar de este transcurso del tiempo, el retorno a la educación presencial se ha venido desarrollando de una manera muy lenta y confusa ya que no vemos en la realidad la preocupación y el compromiso que el gobierno expresa tener.

Como apreciamos, los últimos reportes del sistema de seguimiento y alerta para el retorno seguro (SARES), actualizados al 30 de noviembre de 2021, existe un total de 111,597 colegios (SSEE) en el país, entre los cuales, el 83% de ellos (es decir, 92,825) se encuentran “habilitadas” para el retorno a la presencialidad (Ministerio de Educación, 2021). Si bien a primera vista esto resulta alentador, es necesario que los colegios cuenten con ser “aptas” además de ser “habilitadas” para que finalmente puedan brindar estas clases en una de las modalidades presenciales.

Para cumplir con lo mencionado, los colegios deben cumplir con ciertos requisitos como lo son asegurar las condiciones de bioseguridad (limpieza, ventilación, aforo permitido) y contar con el acuerdo de la comunidad educativa al retorno escolar; lo cual que supone, entre otras cosas, una coordinación y preparación entre los directores de las escuelas y los padres de familia que muchas veces resultan infructuosas (Yacila, 2021). Sumado a estos dos requisitos, se exige a las instituciones preparar un extenso documento llamado “Plan de implementación” que vuelve aún más engorroso todo este procedimiento. Puede ver en este enlace la lista de 5 pasos del MINEDU para el retorno a la presencialidad a los colegios.

Pues bien, ¿Cuántos de estos colegios a nivel nacional han podido cumplir con este complicado procedimiento y se encuentran “aptas” para el retorno escolar?, únicamente 8,793 colegios que suponen el 7,9% del total.

Estas cifras son, a puertas de terminar el año escolar 2021, cuando menos preocupantes por el lento avance en el que el Perú se encuentra con respecto a otros países.

Con los últimos reportes del MINEDU donde se señala que más del 85% de los docentes ha recibido ya las dos dosis de vacunación y con la última encuesta de la consultora DATUM que señala que el 69% de los padres de familia desea que sus hijos acudan a clases presenciales (Datum, 2021, p. 4), no se explica cómo otros espacios tales como los parques, los centros comerciales y los cines han abierto sus puertas y aún no las escuelas, cuando este último espacio es igual o más importante que aquellos otros para el bienestar de esta población.

El aislamiento que genera este cierre prolongado de las aulas contribuye a la generación de problemas de salud mental en deterioro del bienestar de esta población estudiantil. Por otra parte, la realidad de nuestro país, en la cual, según un último informe del INEI, cuatro de diez niños se encuentra en situación de pobreza a raíz de la pandemia, nos hace apreciar que esta situación, afecta particularmente a los jóvenes y niños de escasos recursos económicos en nuestro país. Este último punto se ve reflejado en la correlación que existe entre la aprobación del retorno a la presencialidad y el nivel socioeconómico de los padres encuestados, donde a niveles más bajos, existe una mayor aprobación al respecto (Datum, 2021, p. 4-5). 

A modo de ejemplificar y retratar la anterior situación que atraviesan los escolares, tenemos los comentarios de Angel y José respecto de la modalidad virtual.

Angel, un joven de 12 años de Huancavelica, cuenta que sus complicaciones a la hora de estudiar a distancia se deben a la situación económica que atraviesan sus padres. Al inicio del estado de emergencia, en su casa no contaban con los dispositivos electrónicos por medio de las cuales conectarse a sus clases. Angel por ello necesitaba subir a un cerro con su radio para así captar la señal y escuchar finalmente a su profesor. A pesar de que ahora cuenta con celular y televisión, menciona que, en su casa, por su situación familiar, son 3 escolares los que necesitan de la televisión y del saldo limitado con el que cuentan, por lo cual no logran alcanzar a estudiar correctamente (Save the children, 2021).

Por otro lado, José, un joven de 15 años que vive en Villa María del Triunfo en Lima, relata que, en su último año en secundaria, no conoce a ninguno de sus compañeros y que ha tenido que dejar de asistir a clases para comenzar a trabajar, ya que, en los últimos meses fue víctima del robo en tres ocasiones de su celular y busca, por medio de su trabajo, poder comprarse otro para asistir. Ella y su madre mencionan que desean que vuelvan las clases presenciales por estos motivos (Yacila, 2021)

3. Aislamiento en tiempos de Covid: la importancia de los salones de colegio para la salud mental:

Según últimas estimaciones de UNICEF, a nivel mundial, 1 de cada 7 adolescentes, entre 10 a 19 años, sufre, hoy en día, de algún trastorno mental diagnosticado (Unicef, 2021). Encontramos que en promedio 1 de cada 5 jóvenes, de entre 15 a 24 años, manifestaron sentir a menudo depresión o poco interés en realizar algún tipo de actividad (Unicef, 2021).

El aislamiento y el cambio drástico en los estilos de vida que muchas veces sufren estos jóvenes, producto del cierre prolongado de las aulas de clase, ha demostrado contribuir en la generación de síntomas depresivos que incluyen sentimientos de perdida de interés por realizar actividades, tristeza y disrupción en el sueño y el apetito (Racine et al., 2021).

Si bien es cierto que estas consecuencias no son causadas únicamente por el cierre de los colegios –ya que debemos sumar a ello factores como perdidas familiares y el impacto económico– las aulas son uno de los espacios principales en las que jóvenes y niños en etapa escolar socializan y se rencuentran con sus compañeros, algo de gran relevancia para combatir los efectos del aislamiento que ha generado el covid-19 y revertir estos efectos (Figueiredo, 2021, p. 4).

Ahora, en el caso peruano, contamos con datos anteriores al covid-19 que nos indican que el 20% de los niños y niñas padecían de trastornos de conducta y de las emociones, siendo los más frecuentes los episodios de depresión (Ministerio de Salud, 2021, p. 21). Hoy en día no encontramos investigaciones sobre cómo la situación ha cambiado para los jóvenes y niños a raíz de todos estos problemas. No obstante, creemos que nuestro país no constituye una excepción a los efectos en la salud mental que se están presentando alrededor del mundo y que estas cifras también se han agravado para nuestro caso.

Esto sucede así ya con ejemplos cercanos como Ecuador y Brasil, países donde los resultados de estas investigaciones arrojan lo mismo: existe un aumento en los niveles de depresión y ansiedad entre los jóvenes causado, entre otras razones, por el cierre prolongado de las escuelas que generan en ellos este estado de aislamiento (Asanov et al., 2021; García et al., 2021).

En base a esta información podemos decir que mantener cerrados las escuelas agrava la situación mental de estos estudiantes en tanto las aulas representan un espacio importantísimo de socialización que permiten el desarrollo de la persona a través de las conexiones interpersonales que se generan (Figueiredo, 2021, p. 4). Por lo cual, estos espacios, gozan de importancia a efectos de empezar a frenar estos estados de soledad, ansiedad, aislamiento y depresión que se han venido registrando en aumento alrededor del mundo.

4. El derecho a la educación y a la salud de los jóvenes y niños estudiantes:

Con respecto al Derecho a la Educación, se encuentra consagrada en nuestra Constitución en su art. 13 y 14, la cual señala que tiene como finalidad el desarrollo integral de la persona humana; permite la plena realización de otros derechos fundamentales, fomenta la solidaridad y prepara al individuo para la vida y el trabajo. Dicha finalidad concuerda con lo establecido por el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del cual el Perú es parte, donde se menciona en su artículo 13 lo siguiente: «Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la educación. Convienen en que la educación debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad, y debe fortalecer el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales (1966)».

En base a este entendimiento, comprendemos entonces que la falta de actuación del gobierno con respecto al cierre prolongado de los salones estaría afectando ambos derechos en el sentido de que, por un lado, con dicha situación se empeora y se generan problemas de salud mental tales como la depresión y la ansiedad, cuyos impactos a la vida pueden llegar a ser tanto inmediatas como a largo plazo; por otro lado, dada la realidad económica y social que atraviesan muchos peruanos, la educación virtual actual no resulta asequible para gran parte de la población que tiene escasos recursos.

Esto es así ya que, en muchos casos por la necesidad de elementos adicionales como internet, celulares, y otros dispositivos, muchos estudiantes tuvieron que abandonar la escuela por el trabajo para tratar de cubrir sus necesidades. En otras situaciones, dado el contexto geográfico o familiar en el que viven, aún con dichos aparatos, la educación a la que acceden muchos peruanos no resulta del todo satisfactoria como apreciamos en el caso de Angel.

Entendemos que, dadas las circunstancias que atraviesa el mundo por la pandemia, la medida del cierre haya sido necesario. Pero, posicionándonos ya al cierre de nuestro segundo año escolar, en las que todavía casi la totalidad de estudiantes no ha vuelto a las aulas, esto resulta inaceptable. No entendemos las razones de prolongar aún más esta situación cuando dicha población se encuentra en este estado de vulneración y cuando otros espacios han logrado su reapertura de manera más temprana e inmediata en el país.

Debemos recordar que estos derechos afectados perjudican principalmente a los sectores más desafortunados de nuestro país y que por ello es de extrema urgencia la adopción de medidas que reviertan esta situación a fin de que los jóvenes y niños del país puedan acceder a una educación de mayor calidad en una modalidad presencial que a su vez contribuiría a frenar las consecuencias en cuanto salud mental se refiere que está afectando a gran parte del planeta.

5. Conclusión:

En suma, debido a la situación actual del país con respecto a los niveles de la pandemia, la vacunación, y el estado de otros espacios que han vuelto a abrir, el derecho a la educación y a la salud de los jóvenes y niños estudiantes se encontrarían afectadas en tanto no se han tomado medidas inmediatas por parte del gobierno para acelerar o facilitar este proceso de retorno a las aulas. Asimismo, no podemos hablar de un verdadero derecho a la educación cuyo fin sea el desarrollo integral de la persona humana si no garantizamos, entre otras cosas, la salud mental de dichos estudiantes que les permita un correcto aprendizaje que los prepare para la vida y el trabajo.

En ese sentido, para reducir el impacto psicosocial que la pandemia y el confinamiento ha generado, es necesario, a todas luces, el regreso a la educación presencial.

Como dato extra, a la fecha no se ha realizado una Evaluación de Rendimiento Escolar desde 2019, por otra parte, tampoco existen, a la fecha, investigaciones que nos permitan apreciar con exactitud el alcance que la pandemia y el confinamiento han tenido en cuanto a salud mental se refiere respecto de los jóvenes y niños en etapa escolar.

  • Bibliografía:
  • Asanov, I., Flores, F., McKenzie, D., Mensmann, M., & Schulte, M. (2021). Remote-learning, time-use, and mental health of Ecuadorian high-school students during the COVID-19 quarantine. World Development, 138, 105225. https://doi.org/10.1016/j.worlddev.2020.105225

  • de Figueiredo, C. S., Sandre, P. C., Portugal, L. C. L., Mázala-de-Oliveira, T., da Silva Chagas, L., Raony, Í., Ferreira, E. S., Giestal-de-Araujo, E., dos Santos, A. A., & Bomfim, P. O.-S. (2021). COVID-19 pandemic impact on children and adolescents’ mental health: Biological, environmental, and social factors. Progress in Neuro-Psychopharmacology and Biological Psychiatry, 106, 110171. https://doi.org/10.1016/j.pnpbp.2020.110171

  • Garcia de Avila, M. A., Hamamoto Filho, P. T., Jacob, F. L. da S., Alcantara, L. R. S., Berghammer, M., Jenholt Nolbris, M., Olaya-Contreras, P., & Nilsson, S. (2020). Children’s Anxiety and Factors Related to the COVID-19 Pandemic: An Exploratory Study Using the Children’s Anxiety Questionnaire and the Numerical Rating Scale. International Journal of Environmental Research and Public Health, 17(16), 5757. https://doi.org/10.3390/ijerph17165757

  • Ministerio de Educación. (2021). SSE y Programas aptos para prestar el servicio con algún grado de presencialidad con registro en SARES. Recuperado el 29 de noviembre de 2021 de https://bit.ly/3xCUqct

  • Opinión consultiva OC-17/02 del 28 de agosto de 2002, Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño.

  • Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Artículo 13°. 16 de diciembre de 1966.
  • Racine, N., McArthur, B. A., Cooke, J. E., Eirich, R., Zhu, J., & Madigan, S. (2021). Global Prevalence of Depressive and Anxiety Symptoms in Children and Adolescents During COVID-19: A Meta-analysis. JAMA Pediatrics, 175(11), 1142-1150. https://doi.org/10.1001/jamapediatrics.2021.2482
  • Save The Children (2021). A un año de la pandemia, sin las clases y sin los amigos. Recuperado 29 de noviembre de 2021, de https://www.savethechildren.org.pe/historias/angel/
  • Tribunal Constitucional [Perú]. Sentencia recaída en el EXP, N.° 04007-2015-PHC/TC, 17 de septiembre de 2019.
  • UNICEF. (2021). Los efectos nocivos de la COVID-19 sobre la salud mental de los niños, niñas y jóvenes son solo la punta del iceberg. Recuperado 28 de noviembre de 2021, de https://uni.cf/3EeT4Hd
  • Yacila, R. C. (5 de septiembre 2021). La inmensa tarea de volver a las aulas en Perú. Ojo Público. https://ojo-publico.com/3004/la-inmensa-tarea-de-volver-las-aulas-en-peru

Julio César Vargas
Estudiante de la Facultad de Derecho de la PUCP y miembro de la Comisión de Investigación Académica de la Asociación Foro Académico.