[ALERTA DE SPOILER: El presente artículo contiene referencias explícitas y detalladas de la serie “Ataque a los Titanes”]
Imagínese usted vivir “apaciblemente” por más de 100 años en una ciudad rodeada de muros, sin posibilidad de poder ver el mundo exterior y que, pese a ello, usted abraza la existencia de dichos muros porque le permite seguir con vida. Ahora, imagínese que un día toda esa apacible vida llega a su fin a manos de su enemigo natural: titanes.
¿Y quiénes son ellos? Resulta un tanto complicado definirlos; sin embargo, a grandes rasgos, son criaturas gigantes, con apariencia humana que devoran hombres. Los hay de todo tipo, unos más peligrosos que otros, los cuales describiremos más adelante.
Todo este aparente -hasta el momento- apocalíptico cuento es el inicio de Shingeki No Kyojin, en español más conocido como “Ataque a los Titanes”, anime que tiene una compleja -pero interesante- trama, donde el protagonista, Eren Jaeger, intenta vengar la muerte de su madre y a su vez salvar a la “raza humana” luchando contra los titanes.
A pesar de que lo que desata la venganza de Eren es la muerte de su madre, su furia y rencor se ven aumentadas por la vida a la que se ven sometidos los humanos para sobrevivir y la muerte de miles más producto de un estratégico plan de los titanes. ¿Cómo dichas criaturas pueden haber hecho todo ello y no ser juzgados? ¿pueden ser juzgados? ¿qué delito se configuraría? Todas estas son cuestiones que se desprenden de la brutal pérdida humana, cuestiones a las que en el presente artículo buscaremos dar respuesta centrándonos en un solo ataque: el ataque al distrito de Shiganshina. Cabe reiterar que para el análisis de dicha cuestión solo nos basaremos en la adaptación anime, mas no en el manga.
El primer ataque: La caída del muro María
Como ya habíamos mencionado en líneas anteriores, la humanidad vive rodeada de muros, debido a la amenaza que representan los titanes. Eren Jaeger junto a sus dos mejores amigos, Mikasa y Armin, viven en el distrito de Shiganshina, ubicado cerca al muro María, muro de vital importancia ya que es la capa exterior del total de tres capas que protegen a la humanidad: muro María, Rose y Sina. En el primer capítulo, a partir de las conversaciones entre los amigos, se evidencia el latente temor por una posible “invasión” a manos de los titanes, y es que, ¿cómo sentirse seguros por unos muros sin siquiera poder ver el mundo exterior?
Pues bien, una tarde sucede lo temido: Un enorme titán, aparentemente sin piel, poco más grande que los muros, de tan solo una patada consigue romper parte de dicho muro para así lograr un primer objetivo: el acceso de otros titanes de menor altura al distrito. Acto seguido, el caos se apoderó de Shiganshina y, en cuestión de minutos, el distrito se tiñó de rojo: los titanes devoraron a cuanto humano podían. De nada servía correr o intentar pelear: la desventaja era enorme. Eren, con la esperanza de poder salvar a su madre, corre a casa; sin embargo, era muy tarde: su madre se encontraba atrapada bajo los escombros y era una presa más que fácil para los titanes. Murió.
Producto de dicho ataque hubo un saldo de más 10 mil muertes y la caída del muro María a manos de otro Titán: El Acorazado, asegurando así el avance de los titanes.
¿Los titanes pueden ser imputables?
Con base en el Derecho Penal Internacional para guiar nuestro análisis, debemos partir del Art. 25. del Estatuto de Roma, según el cual la Corte tiene competencia respecto a personas naturales que hayan cometido los crímenes que tipifica. En ese sentido, debemos preguntarnos, ¿son los titanes personas naturales y, por ende, imputables? Para dar respuesta a dicha cuestión, hemos de repreguntar, de ser afirmativa la respuesta, ¿son todos los titanes imputables?
A lo largo de la serie, se pueden apreciar gran cantidad de titanes, cada uno con distintas características y poderes. Así, existen titanes de baja estatura, titanes más grandes y titanes realmente gigantes. También, existen titanes excéntricos, siendo estos aquellos que poseen comportamientos inusuales, como correr de manera muy rápida y descontrolada, lo cual los hace aún más difíciles de derrotar. Asimismo, se encuentran los titanes cambiantes: aquellos que, como su propio nombre lo señala, son capaces de transformarse de humanos a titanes. Ejemplos claros son Bertolt -el Titán Colosal-, Reiner –el titán Acorazado-, Annie -la Titán femenina-, o el propio Eren. Son este último tipo de titanes bajo los cuales debemos concentrar el análisis para la respuesta de la cuestión planteada.
El anime evidencia la diferencia de los titanes cambiantes frente al resto: actúan con objetivos, fines y, por ende, con inteligencia; es decir, no pierden sus características propiamente humanas al transformarse en titanes. Claro ejemplo resulta ser el primer ataque del Titán Colosal, al abrir estratégicamente parte del muro para permitir el acceso de los otros titanes comunes a Shiganshina, siendo ellos una suerte de instrumentos que actúan por solo instinto: devorar humanos. Otro ejemplo que evidencia ello es cómo el Titán Acorazado se concentra en un único fin: el derribar el Muro María, ya que de esa forma aseguraba el ingreso de los titanes a más distritos y así lograr su avance. Finalmente, otro claro ejemplo resulta ser el momento en el que Annie -transformada en la Titán Femenina– durante una misión del cuerpo de exploración[1] ignora a Armin, pese a haber tenido la oportunidad de devorarlo, ya que su único objetivo era lograr capturar a Eren al saber que él también podía transformarse en titán.
Habiendo dicho ello y evidenciada la clara diferencia de los titanes cambiantes respecto a los otros y su inteligencia durante los ataques, consideramos que sí serían imputables al prevalecer la característica humana por excelencia: el razonamiento. Incluso siendo un poco más gráficos, cuando los titanes regresan a su forma humana, estos abandonan su gigantesca forma y dentro de dichos enormes cuerpos/músculos, se mantiene intacta su forma humana. Por ello, por el mero hecho de ser personas naturales a pesar de la transformación son imputables.
¿Crimen de lesa humanidad?
Una clara definición del crimen de lesa humanidad se encuentra en el Estatuto de Roma, específicamente en el artículo 7: “se entenderá por crimen de lesa humanidad cualquier de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque”.
A partir de dicha definición, podemos identificar los elementos tipificantes de dicho crimen:
a) Realización de algún acto señalado en el artículo 7
Creemos que el ataque del cual hacemos análisis -la caída de Shiganshina- encaja en el literal b) exterminio. Acorde al Art. 7.2.b) del Estatuto de Roma, el exterminio consiste en toda imposición de condiciones de vida, que tenga como fin causar la destrucción de parte de una población. En ese sentido, basta recordar el saldo de muertes producto del ataque de los titanes: más de 10 mil y, posteriormente, en otros ataques, la masiva cantidad de víctimas. Por ello, queda claro que el fin de los Titanes era causar la destrucción, centrándonos en el primer ataque, de dicho distrito y sus habitantes.
b) La existencia de un ataque generalizado o sistemático:
Para determinar si un ataque es generalizado o sistemático, es pertinente recurrir a la jurisprudencia. Así, en el caso Kunarac, la Sala de Apelaciones del Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia señaló que, por “generalizado” debe entenderse un ataque a gran escala; es decir, a la gran cantidad de víctimas causadas. En cuanto a “sistemático”, la Sala señaló que ello hace referencia a la organización del ataque[2]. Así, se descarta que este haya sido fortuito o casual.
Habiendo aclarado ambas características requeridas del ataque, debemos analizar si calza en los ataques de los titanes. Respecto al ataque generalizado, creemos que sí se cumple. Como ya mencionamos de manera reiterada, con solo dicho primer ataque iniciado por el Titán Colosal, se dejó un saldo de 10 mil muertos. Por lo cual, la escala y la magnitud del mismo es evidente. En cuanto a si el ataque fue sistemático, creemos que, definitivamente, no fue fortuito, cumpliéndose de tal manera también esta característica. Y es que se evidencia la organización de los mismos, una planificación, la presencia de estrategias, en otros indicios que nos llevan a la conclusión que estos fueron organizados y planificados por los titanes cambiantes que buscan invadir los distritos dentro de los muros.
Cabe resaltar que no es necesario que ambas características del ataque estén presentes de manera conjunta, basta con que uno lo esté.
c) Que el acto no sea causal o accidental
De acuerdo al art. 7.2.a) del Estatuto de Roma, el ataque debe responder a una política. En ese sentido, el ataque no puede ser fortuito, sino como parte para lograr un fin que guarde dicha política. En ese sentido, se evidencia en los siguientes ataques, cómo la caída de Shiganshina solo fue el inicio de una serie de ataques planificados por los titanes cambiantes, claro ejemplo son los posteriores ataques en otros distritos.
d) Que las víctimas sean parte de la población civil
A partir del art. 7.1 del Estatuto de Roma, se desprende que las víctimas del ataque deben ser ajenas a los conflictos, al cuerpo militar o no debe ser parte de una organización no gubernamental. En sumas y restas, aquellos ajenos a todo conflicto/problemática existente. En ese sentido, centrándonos en el primer ataque, el cual, reiteramos, es el objeto de análisis, queda claro que los pobladores no formaban parte ni de la policía militar, cuerpo de exploración o de las tropas estacionarias. Así, su desconocimiento de los hechos y su no afán de combate hace que cumplan con el presente requisito.
e) Que el agente perpetrado esté vinculado a la política, ya sea de un Estado u organización
A partir de los hechos en la serie, queda claro que los ataques de los titanes en cuestión forman parte de una política y hace avecinar una auténtica revolución; así, muchas veces se reitera que es “la única manera de sobrevivir” y queda claro que dichos ataques tienen un objetivo estando las acciones de los titanes coordinadas. Un claro ejemplo de ello resulta ser el momento en el cual Bertlot y Reiner revelan que ellos son el Titán Colosal y Acorazado, respectivamente, diciendo que “deben asumir los actos y decisiones, como los guerreros que son”.
f) Dolo especial
A diferencia del “dolo común”, el dolo especial, de acuerdo al art. 7.1 del Estatuto de Roma, requiere que haya conocimiento del ataque. Es decir, no solo se requiere que haya un dolo en la acción de matar, sino que a su vez se sepa que dicha acción forma parte de un ataque. Por ello, no solo es necesario que los titanes cambiantes hayan tenido conciencia y dolo en la acción de matar a la población civil del primer ataque bastante harto descrito en el inciso b), sino que, sumado a ello, hayan tenido conciencia que dicha matanza formaba parte de un ataque.
Habiendo desarrollado los elementos del crimen de lesa humanidad, concluimos que este sí se configura. Si bien es evidente que en la próxima temporada, y en las siguientes, se detallará aún más sobre los planes/fines de los titanes cambiantes (Colosal, Acorazado, Femenina y Bestia), analizando los ataques realizados, queda claro que estos no han sido fortuitos, sino que forman parte de un plan/ política, que son ataques generalizados y sistemáticos, que hay un dolo especial en la realización de los mismos, entre otras características que nos permiten concluir la existencia de un crimen de lesa humanidad centrándonos en el primer ataque realizado.
Reflexiones finales
No cabe duda de que estas dos -impresionantes- temporadas de Ataque a los Titanes nos ha dejado con mil y una cuestiones que, seguramente, en el manga ya han sido resueltas. Sin embargo, es el primer ataque, el cual refleja claramente una suerte de crónica de una “invasión” anunciada. Y es que los habitantes vivieron una aparente era de “paz” por más de 100 años; sin embargo, dicha paz la vivieron rodeados de muros, sin posibilidad de explorar un mundo exterior. Es precisamente ese primer ataque, el que rompe esa corta pero satisfactoria sensación de seguridad que tenían todos, menos Eren, Mikasa y Armin, sensación rota de la peor manera: con un trágico y devastador ataque hacia la humanidad.
A su vez, dicho primer ataque no dista mucho de nuestra realidad e inevitablemente puede relacionarse con nuestra historia: miles de muertes de la población civil, a causa de un ataque generalizado y sistemático, para lograr un determinado fin. El anime aún no revela exactamente cuál es el fin último de todos los ataques a manos de los titanes cambiantes, más aún con la aparición de un nuevo titán: El Bestia; sin embargo, de por sí, sabemos que, de juzgar dicho primer ataque, Reiner y Bertolt serían responsables del crimen de lesa humanidad.
[1]El cuerpo de exploración es uno de los organismos encargados de realizar actividades diversas, entre las cuales se encuentra la lucha directa contra los titanes.
[2]Burneo Labrin, José A. “Ataque Sistemático- Población Civil”. Material de Derecho Penal Internacional. Lima: PUCP.