ADVERTENCIA: El presente artículo contiene descripciones extensas sobre los hechos desarrollados en la película Malena. (*)
La historia de Malena se desarrolla en el pequeño pueblo de Castelcuto en Sicilia – Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Antes de narrar brevemente la historia, no queremos pasar la oportunidad de advertir que esta historia forma parte de lo que muchas mujeres viven a diario en diversas sociedades del mundo: ser víctimas de acoso, de críticas y prejuicios por el hecho de vestirse como más cómodas y libres se sientan. Empecemos.
El drama de Malena
Malena es una mujer joven y muy bella. Por ello deja a todos los hombres del pueblo pasmados con sus contundentes movimientos de caderas, su belleza y juventud. Por otro lado, las mujeres, al ver que Malena es el centro de atención de los hombres del pueblo, comienzan a tenerle un gran rencor y envidia.
A simple vista, podemos notar que Malena es distinta a las demás: ella es libre y no tiene la necesidad de usar atuendos largos de un solo color que cubran partes de su cuerpo. Todo lo contrario, ella se sentía cómoda consigo misma y, por ello, vestía como mejor le parecía.
En un principio, no parece haber problema con ello. Sin embargo, los conflictos empiezan cuando los hombres del pueblo empiezan a desearla como si fuera un objeto sexual y las mujeres -quienes empiezan a sentir envidia- la tildan de prostituta, de ser una mujer fácil; es decir, la estigmatizan.
Durante el desarrollo de la película, en el pueblo hubo muchos hombres que se fueron a la guerra, entre ellos el esposo de Malena. Lamentablemente, le comunicaron que este había fallecido. De este modo, Malena quedaba viuda, y, de manera trágica, días después su padre fallece. En el pueblo, esto la hace ver como una mujer desamparada e indefensa, por lo que los cortejos de los hombres de la ciudad no tardaron de llegar, incluso por parte de hombres casados. Malena era diferente a los demás, no encaja en esa sociedad, lo cual motiva el inicio de su marginación en la sociedad. Así, se ve en una mala situación por partida doble: envidia por parte de las mujeres y prejuicios por parte de toda la ciudad recaen sobre Malena.
Como ya habíamos mencionado, Malena es pretendida por los hombres del pueblo. Para su mala suerte, es pretendida por un hombre casado. La esposa de este hombre descubrió que el hombre cortejaba a Malena y este hecho desató la ira de las mujeres, quienes ya no solo murmuraban que Malena era una prostituta, sino que también lo decían abiertamente. Así, todo el pueblo -hombres y mujeres- comentaban que Malena era una mujer fácil y desenfrenada sin respeto alguno por una institución tan sagrada para ellos como el matrimonio.
Luego de mucho maltrato emocional, Malena cae en una extrema pobreza producto de la guerra que se venía desatando. Por ese motivo, ella se ve obligada a prostituirse para dejar de pasar hambre y salir de su miseria. Es ella contra el mundo. Luego de que el pueblo le dijo incansables veces que era una prostituta, Malena termina convirtiéndose en una. Esto se convirtió en un tema de conocimiento público. Sus clientes eran soldados alemanes, comerciantes y otras personas adineradas del pueblo.
El hecho de ver a Malena viviendo de vender su cuerpo no hizo que las mujeres del pueblo reflexionen y sientan misericordia por Malena. Todo lo contrario, ahora la consideran un mayor peligro. Las señoras consideran que sus esposos pueden engañarlas con Malena. Ya no es un miedo, ahora puede convertirse en realidad. Preocupadas por esto, deciden buscarla en el lugar donde trabaja, sacándola a golpes y escupiéndola: le dan una gran paliza a vista y paciencia de todos. Así, el pueblo es testigo de esta humillación y, sin embargo, todos callan. Un gran silencio se apodera de la ciudad. Malena decide irse del pueblo al sentirse humillada, humillada por las mujeres y humillada por el silencio de todos los demás.
Sin embargo, no todo estaba perdido. Al terminar la guerra el esposo de Malena que el pueblo creía muerto regresa al pueblo. La pareja regresa al pueblo gracias a la ayuda de Renato, un puberto que sigue a escondidas a Malena durante toda la película. Al volver al pueblo con su esposo, Malena es aceptada. Malena recupera su dignidad, recupera su aceptación. Como bien dijimos, el hecho de ser joven, soltera y bonita desencajaba en el estereotipo que exigía esta sociedad.
¿Y el Derecho cómo encaja? De la estigmatización y la teoría criminológica del interaccionismo simbólico
Ahora bien, la película Malena puede ser atendida desde la teoría criminológica del interaccionismo simbólico[1]. Esta nace en los años 60’ en los Estados Unidos, a raíz de la búsqueda por detener las movilizaciones estudiantiles, para lo cual se empezaron a crear nuevos delitos. Es así que personas que antes no eran concebidas como delincuentes podían serlo ahora.
Debemos señalar que en una sociedad hay estigmatizados y estigmatizadores. El estigma es una valoración negativa que se hace de una persona, es el reproche que se gesta en un grupo social. Es decir, es un rechazo.
¿Quién define los valores hegemónicos? ¿Quién es estigmatizado y quién es estigmatizador?
La respuesta es la sociedad, la sociedad decide los valores hegemónicos, decide quién es estigmatizado y quién es estigmatizador. La sociedad es dirigida por empresarios morales. Estos empresarios morales son grupos de personas que ostentan un poder especial capaz de poder dirigir y crear normas que estén acorde a sus creencias y cultura. Estos empresarios morales definen los valores hegemónicos que se gestan en un tiempo y cultura determinados. Si una persona no encaja en los valores que se gestan en la sociedad, será estigmatizada, será catalogada como negativa. Malena es una de ellas, Malena era distinta, no encajaba en la sociedad en la que vivía.
Esta teoría plantea que las personas a las que se las estigmatiza se les llega a destruir la identidad que poseen. La categoría de criminal para esta teoría resulta de una construcción de la sociedad. Malena, por ejemplo, no era prostituta y, sin embargo, esta fue estigmatizada, asumiendo finalmente el rol que la sociedad le impuso.
Además, esta teoría plantea que no toda transgresión a la norma implica una desviación. Así, por ejemplo, si una persona roba, esta per se no es considerada ladrón por la sociedad, toda vez que nadie lo ha descubierto. La persona que roba se considerará como un ladrón y asumirá este rol cuando se vea descubierta. Una posición distinta a esta teoría señala que el estigma puede resultar positivo, toda vez que la persona al ser considerada como ladrón, puede dejar de cometer delitos por la presión social y negar el rol que la sociedad lo quiso imponer.
Se dice que el proceso penal es un aliciente para la desviación del delincuente, ya que no basta que se infrinja una norma: es el registro del sistema el que hace a una persona desviada.
Como ya señalamos, la conducta desviada es una construcción social. La sociedad es quien considera que algo es bueno o malo. Esta desviación se da en dos niveles: desviación primaria y desviación secundaria.
La desviación primaria es el primer momento en el que una persona comete un acto reprochable por la sociedad y, sin embargo, aún no es estigmatizada. La desviación secundaria, por su parte, se realiza luego de que la sociedad toma conocimiento de ello y estigmatiza a la persona como tal, siendo que esta asume este rol en el cual la sociedad lo ha encasillado.
En la película Malena se puede observar cómo es que a Malena le silban los hombres, jóvenes y adultos. Al parecer, mirarla y desearla de manera abierta es algo natural entre dichas personas. Las mujeres, por su parte, asumen que Malena es una persona odiosa, pues se viste distinta a las demás, resaltando entre las demás por su belleza. Esto, como ya señalamos, constituye un peligro para las mujeres en tanto la consideran roba maridos, prostituta, entre otros calificativos.
Aplicando lo señalado en la teoría del interaccionismo simbólico, la sociedad será aquella que dotará a ciertas conductas como permitidas y no permitidas. Así, los empresarios morales serán quienes dotarán cierta conducta como reprochable o no reprochable. En la película podemos observar un estigma sobre Malena y su vestimenta, tanto de hombres como de mujeres, pues los hombres la veían como un objeto sexual y las mujeres como una prostituta que buscaba robar maridos, pues su esposo y padre habían fallecido.
Como vemos, el delito se gesta en la sociedad, la sociedad ha estipulado que Malena -al ser diferente- posee valores negativos. Durante toda la película vemos que Malena no encaja entre las personas de su pueblo, es diferente por su forma de vestir y su resaltante belleza. En el contexto en el que se desarrolla la película, Malena está estigmatizada por la sociedad como una desviada. Los empresarios morales son hombres y mujeres que a través de sus costumbres descalifican a Malena. Las mujeres del pueblo arremetieron contra Malena cuando ella ejercía la prostitución de manera abierta. Ahí se observa que estos empresarios morales (las mujeres), optan por reprimir las conductas de Malena, pues la han etiquetado como una persona detestable. Estos prejuicios sociales de la sociedad han creado una etiqueta sobre Malena. Esta es una decisión política de la sociedad. En la película se escucha a un señor decir «la voz del pueblo es la voz de Dios», refiriéndose a la situación de considerar a Malena como prostituta antes de serlo.
Además, podemos observar que la desviación primaria se da la primera vez en la que Malena tuvo relaciones sexuales debido a su precaria situación económica, cuando no había sido descubierta por las personas del pueblo, mientras que la desviación secundaria se da cuando Malena repite estos actos, pero ya en forma de prostitución y el pueblo toma conocimiento de ello, decidiendo reprimirla mediante el rechazo y los insultos.
Como podemos observar, luego de haberla estigmatizado tantas veces señalándola como prostituta, Malena asumió ese rol, terminó encasillada en lo que tantas veces el pueblo llegó a decirle. En un principio, Malena no se consideraba prostituta. Sin embargo, luego, la sociedad por medio del estigma hizo que ella terminara prostituyéndose, terminó asumiendo el rol que le impuso la sociedad.
Reflexiones finales
Para resumir lo dicho, la sociedad estigmatizó a Malena como una prostituta por el simple hecho de no tener padre ni esposo, por vestirse diferente y por ser una «mujer bella y sola», en palabras de su abogado. El diferente es el marginado, es Malena, quien tuvo que volver con su esposo al pueblo para que sea aceptada por todos, como si la presencia de hombre fuera necesaria para que la dignidad y respeto hacia una mujer cobren valor.
Lamentablemente esta no es una situación aislada. Aún hoy en día persiste este etiquetamiento y esta desviación que se le impone a una mujer por su forma de vestir, por su forma de caminar, por su forma de hablar. Muchas mujeres son tildadas de prostitutas porque salen a divertirse un sábado por la noche, porque desean andar con un escote o una minifalda. Muchas mujeres son estigmatizadas como Malena y -tal vez- al escuchar este reproche de la sociedad hayan asumido el rol imperante que les ordena la sociedad, tal vez se hayan considerado como tales, tal vez se haya llegado a la desviación secundaria que plantea el interaccionismo simbólico. El ciclo de violencia -hoy más que nunca- no debe volver a repetirse en ninguna sociedad.
[1] https://prezi.com/texwq2tgl4py/interaccionismo-simbolico/ Información extraída del curso de Criminología dictado en la Pontificia Universidad Católica del Perú a cargo del Doctor Erick Guimaray.
* Agradezco a la vida por haberme dado la oportunidad de compartir tanto con la mujer más luchadora. El tiempo todo lo calma. Hasta que el destino nos vuelva a juntar.