Hace unos años, se difundió por diversos medios de comunicación, la primera playa accesible en nuestras costas del litoral limeño ubicada en la Costa Verde[1]. Esta fue una iniciativa de la Municipalidad de Miraflores: crear espacios accesibles para personas con discapacidad visual y motora para que puedan disfrutar un día de verano en las playas.
La playa es, hoy en día, considerada como espacio público o bien público y es concebido como un “bien imprescriptible, inalienable e inembargable que cumple tres funciones: social, urbanística o paisajística, y ecológica. Por su parte, La función social consiste en ofrecer espacios de recreación, paseo, contemplación, los juegos, el contacto con la naturaleza indispensable para el desarrollo integral del niño y el equilibrio del adulto”[2].
La playa es definida por la RAE como “Porción de mar contigua a la playa”[3] y según la Ley de Playas 268856 como “el área donde la costa se presenta como plana descubierta con declive suave hacia el mar y formada de arena o piedra, canto rodado o arena entremezclada con fango más una franja no menor de 50 metros de ancho paralela a la línea de alta marea”[4]. Mientras que, la imagen arquetípica de playa es entendida como un espacio recreativo para compartir entre amigos y familia en el mar o en la arena incluyendo actividades como, entre las más usuales, broncearse, comer, jugar y bañarse en el mar –acciones que se realizan dependiendo de la voluntad de la persona-.
Teniendo estos puntos, podríamos preguntarnos lo siguiente: ¿La playa La Estrella obedece a esta imagen arquetípica y sería prudente llamarla accesible para personas con discapacidad motora?
Se observó en el lugar y se determinó lo siguiente: Por un lado, esta imagen arquetípica no se colige con la realidad porque no se puede realizar todas las actividades mencionadas ya que este sitio no es navegable por el fuerte oleaje y la marea alta, así mismo, las piedras, que se hallan en la orilla, al ser resbalosas, imposibilitan la cercanía al mar a personas con y sin discapacidad.
Por otro lado, la accesibilidad, que va de la mano con la inclusión, y es definida como la relación entre el entorno y la persona con discapacidad en el que median sus derechos como ciudadano[5], se refleja en la construcción de un mirador acompañado de una rampa con la finalidad de que las personas con discapacidad motora tengan una vista cercana al mar y un estacionamiento para poder colocar las sillas de ruedas.
Por todo lo dicho anteriormente, concluimos que la primera playa “accesible” para personas con discapacidad motora no sería accesible por las siguientes razones: En primer lugar, no ofrece un espacio de recreación sino de solo contemplación. Contemplación entendida como “Consideración, atención o miramiento que se guarda a alguien”[6] ,y recreación incluida en el artículo 24 de la Declaración Universal de Derechos Humanos como derecho al disfrute al tiempo libre y que “expresa las prácticas que en una sociedad concreta (…) realiza en su tiempo libre. Representando el significado que una sociedad le da a las manifestaciones de placer público y búsqueda de emociones agradables”[7]. De tal manera, que no podemos restringir a las personas con discapacidad motora a solo contemplar el mar, puesto que podrían realizar diferentes prácticas si las herramientas necesarias y adecuadas fueran provistas por entidades, lo que la Municipalidad de Miraflores hasta el momento no ha realizado.
En segundo lugar, esto no se llamaría accesibilidad porque no hay inclusión. La inclusión es entendida como la interrelación entre personas con y sin discapacidad en la realización de diferentes actividades, en este caso en particular, es imposible ver ello ya que no es un lugar concurrido por personas sin discapacidad porque no es navegable y por ende, la realización de actividades se encuentra totalmente limitada. De tal manera, vemos que existe una segmentación u exclusión de las personas con discapacidad motora.
¿Por qué permitir que las personas con discapacidad motora puedan acceder al mar?
Actualmente, las personas con discapacidad motora en el litoral limeño no pueden acceder al mar porque las Municipalidades no implementan los instrumentos necesarios y adecuados para su inserción o si lo implementan, dejan entrever aun el rechazo hacia las personas con discapacidad segmentándolos y diferenciándolos de las personas sin discapacidad.
La inclusión, en contrapartida a la exclusión, es concebida como “la situación que asegura que todos los ciudadanos, sin excepción alguna, puedan ejercer sus derechos, aprovechar sus habilidades y tomar ventaja de las oportunidades que encuentran en su medio” (MIDIS)[8]. Esta definición promulga con la idea del modelo social que indica que la idea de discapacidad se origina más por las barreras que por las deficiencias. En otras palabras, no podríamos hablar de discapacidad sin hablar de barreras y accesibilidad sin inclusión.
Por todo ello, resulta indispensable tomar de ejemplo a otros países latinoamericanos donde la idea de inclusión de las personas con discapacidad se encuentra materializada en sus políticas públicas.
Un ejemplo de ello es Chile, quien en conjunto con TELETÓN y SENADIS (Servicio Nacional de Discapacidad), hacen posible que personas con discapacidad puedan acceder al mar. Un total de 29 balnearios cuentan con “una ruta de aproximación, conectada con parada de buses, una zona de estacionamientos accesibles y señalizados, y una red de paseos que ingresen a la arena a través de un recorrido liso y pavimento en buen estado, además, el acceso debe estar a nivel de la arena o contar con una rampa, de un ancho no menor a 1,20 metros, y cuya pendiente no tenga más de ocho grados de inclinación”[9]
Además, lo resaltante también es que cada una de estas playas posee sillas anfibias las cuales facilitan que las personas con discapacidad motora puedan acceder al mar con familia u amigos.
Reflexiones
Entendemos que un país como el nuestro en donde el trabajo es fundamental y la recreación es aun considerada un lujo, producto del capitalismo y la vigente desigualdad social, han demostrado que esto se deje de lado y sea objeto de poca importancia y de violación de muchos derechos sobre todo hacia grupos que han sido discriminados como las personas con discapacidad.
Si bien hay “avances”, aún queda mucho por hacer para lograr la inclusión de las personas con discapacidad. Es necesario que tanto el estado como los municipios vean indispensable la implementación de acciones fundamentales y necesarias para no invisibilizar a poblaciones que pertenecen a nuestra sociedad, así mismo, es necesario lograr que los bienes y servicios se adopten a las personas con discapacidad; y no, viceversa para lograr igualdad y generar mayores oportunidades.
(*) Artículo redactado por: Steffy Cruz Espinoza.
BIBLIOGRAFÍA
VICTORIA, Jorge A.
2013 “El Modelo social de la discapacidad: una cuestión de derechos humanos”.Revista de derecho UNED. Madrid, número 12, pp.817-833. Consulta: 3 de Marzo del 2018.
[1] http://larepublica.pe/sociedad/690583-construyen-primera-playa-inclusiva-en-miraflores
[2] http://www.ub.edu/geocrit/9porto/perahia.htm
[3] http://dle.rae.es/srv/fetch?id=TNj4Tug
[4] http://www.sbn.gob.pe/documentos_web/normas_playas/ley_26856.pdf
[6] http://dle.rae.es/?id=AUAUkw6
[7] http://170.210.83.98:8080/jspui/bitstream/123456789/175/1/Art%C3%ADculo%204%20-%20Gerlero.pdf
[8] http://www.midis.gob.pe/index.php/es/que-es-inclusion-social
[9] https://www.teleton.cl/noticias/descubre-las-29-playas-de-chile-para-personas-en-situacion-de-discapacidad/