«La televisión condiciona fuertemente el proceso electoral, ya sea en la elección de los candidatos, bien en su modo de plantear la batalla electoral o en la forma de ayudar a vencer al vencedor»
Giovanni Sartori
Actualmente, una de las herramientas o instrumentos informativos con mayor alcance dentro de la sociedad son los medios de comunicación, los cuales más allá de entretener a la población cumplen un rol fundamental en distintos ámbitos, principalmente en la política. Durante las campañas electorales proporcionan la información necesaria para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho al voto de manera libre y racional. Rol que no es ignorado por los partidos políticos ni mucho menos por los candidatos presidenciales quienes encuentran en estos una forma más factible e inmediata de poder hacer llegar sus propuestas a cada uno de los ciudadanos y así poder lograr persuadirlos para conseguir un voto más a su favor.
Sin embargo, existen algunos escenarios en los que lejos de mantener una neutralidad y transparencia en la información, se tratan de inclinar a la opinión pública por alguno de ellos. Claro ejemplo de esto es lo que ha venido sucediendo durante los últimos meses en el Perú, pues se ha vivido una contienda política totalmente polarizada y en donde los medios de comunicación no han sido ajenos , pues incluso ha sido presentado por algunos programas de televisión y la prensa escrita como un escenario de “lucha por la democracia vs. el comunismo”, logrando que en las disputas entre las candidaturas, se desencadenen en agresiones físicas y verbales dentro de un solo país .
Frente a esto, por lo tanto, es evidente que los medios de comunicación generan gran impacto en la sociedad y que “son actores clave en la construcción de determinados encuadres (positivos o negativos) sobre los temas de agenda, los políticos y sus propuestas de gobierno; así como, poderosos agentes de socialización política para amplios sectores sociales” (Acevedo,2016). Por lo que el ejercicio de sus funciones, así como la adopción de algunas medidas para mantener la imparcialidad y neutralidad en la difusión de información siempre deben estar presentes.
En el escenario peruano, es necesario mencionar que existe una normativa vigente que regula la difusión de información por los medios audiovisuales, esta es la Ley de Radio y Televisión (Ley N° 28278) la cual plantea los distintos principios que se deben tener en cuenta. Uno de ellos es la libertad e igualdad de acceso a los medios de comunicación (Art I del Título Preliminar) el cual busca prohibir cualquier tipo de contrato de publicidad electoral para así “evitar que los recursos económicos de los partidos condicionen la igualdad en el acceso a los medios de comunicación, de modo que los que terminen haciendo uso de la publicidad electoral televisiva y acaparen el espacio audiovisual durante la campaña electoral no sean solo los partidos económicamente fuertes” (Gónzales, 2003), y de cierta forma garantizar el pluralismo electoral donde realmente el voto democrático podrá ser ejercido, pues el elector podrá votar por quien conoció gracias al medio de comunicación.
Otro, es la exigencia de neutralidad en el cual se busca que la información que estos medios difundan sea “veraz y completa, sin dejar fuera a ninguna de las formaciones políticas que concurren a las elecciones, y ofrecida con objetividad e imparcialidad” (Gónzales, 2003) donde el respeto y los límites a la libertad de expresión e información contenido en el artículo 2 inciso 4 de la Constitución Política del Perú son tomados en cuenta, pues se exige que estos instrumentos de información puedan brindar noticias válidas e indispensables para que cada uno construya una opinión libre.
En adición a los principios que deben regir la difusión de información, en nuestro país, también se insertan la presencia de debates electores así como encuestas de algunos programas, las cuales de cierta forma si se rigen por la transparencia. Estos son instrumentos que por excelencia da una idea constitucionalmente correcta de campaña electoral basada en la concurrencia no sólo formal sino cualitativa o material, ayudan a que el elector emita un juicio consistente, y de cierta forma “ejerzan su derecho al voto con suficiente conocimiento de causa, pues han visto a los candidatos en el ejercicio de la actividad esencial y definitoria de la democracia, el libre, abierto y pacífico debate de las ideas”(Gonzáles, 2000).
Sin embargo, “con independencia de que la celebración de estos debates influya o no de manera determinante en el sentido del voto de los ciudadanos, lo que sí parece comprobado es que, al menos, con este tipo de programas los medios de comunicación logran movilizar al electorado, fomentando la participación en las elecciones, algo, sin duda, saludable en todo sistema democrático y que es un objetivo en el que deben poner su empeño los poderes públicos, como ordena la Constitución” (Gónzales, 2003).
Por ende, las informaciones transmitidas deben regirse por los principios la transparencia, libertad e igualdad que la ley señala. Sin embargo, lo que se ha ido evidenciando en los acontecimientos de la campaña electoral es el caso omisivo a lo planteado anteriormente y en lugar de ello, la presencia del análisis propio de cada programa de televisión, donde más allá de mostrar las propuestas de cada candidato, o analizar desde un punto de vista imparcial cada una de ellas, se trataba de atemorizar a la población mostrando escenarios de otros países como los de Bolivia y Venezuela, comparándolos con lo que conllevaría las propuestas de uno de los candidatos; y donde la atención por parte de los medios se reflejaba en mayor proporción sobre su partido; mientras que los acontecimientos o declaraciones de la candidata contraria eran tomados en cuenta de manera superficial y sin ahondar en eso(como el caso de las esterilizaciones forzadas y el motivo por el cual pretendía indultar al ex presidente Alberto Fujimori y no estaba de acuerdo con el indultar a Antauro Humala). Por otro lado, incluso días antes de las elecciones de segunda vuelta, algunos conductores de televisión trataban de visibilizar mediante entrevistas ,fuera del ámbito informativo, la vida personal de uno de los candidatos, tratando de que las personas puedan visibilizar sus aspectos personales y logre una mayor cercanía con la población; lo cual da a entender de alguna forma que los medios “no son ni imparciales ni neutrales pues estos dependen en gran medida de los grupos empresariales. Los propietarios de estos actúan como actores influyentes en el ámbito mediático, canalizan muchas veces de manera burda y otras de forma casi imperceptible para las audiencias, sus apuestas políticas en favor de candidatos que garanticen la continuidad del modelo económico neoliberal y los privilegios de los que gozan los grupos económicos nacionales y extranjeros”(Acevedo, 2016). De esta manera, logran distorsionar el rol que ellos deben cumplir que es el de informar con transparencia.
Referencias:
https://aceproject.org/ace-es/topics/me/mef/mef03/mef03a/default
https://www.redalyc.org/pdf/168/16801025.pdf
Escrito por Juana Nuñez, estudiante de la Facultad de Derecho de la PUCP y asociada de Foro Académico.