El día internacional de la mujer indígena fue instituido durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América Latina, celebrado en Tiwanacu (Bolivia). Inspirados por la figura de Bartolina Sisa, una mujer de origen aymara que durante el siglo XVIII lideró con valentía junto a su esposo, Túpaj Katari, la resistencia contra los conquistadores españoles en la zona del Alto Perú. Dirigiendo ejércitos conformados por parte de la población quechua-aymara, la lucha de Bartolina Sisa se centró en restablecer los derechos de la población indígena y hacer frente a la opresión de la que eran víctimas.
El legado de Bartolina Sisa perdura hasta el día de hoy, y la celebración se centra en el reconocimiento de la fuerza de la mujer indígena y la reivindicación de su posición frente a nuestra sociedad. La defensa de su identidad, su cultura y la promoción del respeto a sus derechos a fin de que puedan ejercerlos y desenvolverse sin desventaja frente al resto son los ejes sobre los que se han centrado los esfuerzos de diversas organizaciones a lo largo de estos últimos años. La lucha continúa, pero la fuerza que se demuestra día a día en ella es el incentivo al logro de un mundo en el que los sacrificios de hoy se conviertan en las alegrías del mañana.