Un día como hoy, en 1995, fue asesinado Iqbal Masih a la edad de 16 años, quien a inicios de la década de los 90, y a pesar de su corta edad, se convirtió en uno de los mayores activistas contra la explotación y esclavitud de los niños a partir de su propia experiencia. Es en memoria de él que hoy, 16 de abril, se conmemora el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil.
Iqbal Masih, de origen pakistaní, fue vendido a los cuatro años por su padre a un fabricante de alfombras por unas 600 rupias, equivalentes el día de hoy a 13 dólares. Fue en ese momento en el que Iqbal conoció el trabajo degradante, pues realizaba jornadas laborales de más de doce horas, donde era encadenado y golpeado cuando su productividad en telar alfombras disminuía. Tan duros fueron los primeros años de vida de Iqbal, que se conoció que a la edad de doce años este tenía la estatura de un niño de seis producto de la situación inhumana que pasó cuando estuvo cautivo.
A pesar de su edad y de las constantes vejaciones que sufría, en 1992, a la edad de diez años, consiguió fugar de la fábrica donde se encontraba encadenado. Así, su primera acción fue denunciar esta situación en la que vivía no solo él, si no muchos niños de su país. Gracias al sindicato “Bhatta Mazdor Mahaz”, el pequeño Isbal emprendió su lucha contra el maltrato del que fue víctima y logró que el dueño de la fábrica “Hussain Khan” enfrentara a la justicia de su país, siendo su fábrica clausurada y este privado de su libertad.
Con ello, no solo se liberó a varios niños que sufrían condiciones adversas en la fábrica, si no también sirvió para que otros sindicatos vuelquen su mirada hacia ese grave problema que era la explotación y esclavitud infantil. Es por ello que el sindicato “Frente de Liberación Infantil” decidió apoyar a Iqbal a promover una campaña activa para acabar con la esclavitud infantil.
Las amenazas de muerte no tardaron en llegar. El rentable negocio de pagar una miseria para poder ganar millones por parte de los explotadores disminuyó por las denuncias y la constante lucha contra estas prácticas por parte de activistas. Todo sindicaba que Iqbal era el causante de toda esta campaña y, por ende, la baja productividad y rentabilidad de las empresas.
Sin embargo, a pesar de que le ofrecieron seguridad para su integridad, él afirmó que no lo necesitaba y que esto le servía para reafirmarse en su lucha, por lo que su sueño era convertirse en abogado para garantizar el cumplimiento de los derechos de los niños.
Por ese motivo, el 16 de abril de 1995, mientras montaba en bicicleta camino de su casa, fue abatido a disparos desde una furgoneta creándole heridas tan graves que acabaron con su vida. Los autores del crimen nunca fueron atrapados.
A pesar de la pronta muerte de Iqbal Masih, la injusticia y la crueldad de su vida, él ha servido como referente en la lucha por la promoción de los Derechos de los Niños a gozar de una niñez plena, sin sufrir tales maltratos ni ser explotados y mucho menos sometidos a condiciones inhumanas como las que supone una situación de esclavitud.
Hoy en día contamos con diferentes instrumentos de la protección de los derechos de los niños, siendo el máximo exponente la Convención Sobre los Derechos del Niño, que irónicamente entró en vigencia en el año 1990, pero a pesar de avance hecho seguimos siendo testigos día a día de testimonios que comprueban que la esclavitud y explotación infantil están lejos de ser eliminadas. Por Iqbal Masih y por los cientos de niños que pasaron o pasan por su misma situación, invitamos a la reflexión por el camino que queda por recorrer y las medidas que como seres humanos nos corresponde tomar.