El Derecho de la Moda y El Fashion Revolution Day

Muchas veces se piensa que cuando se habla de moda es que es un mundo superficial o banal; sin embargo, de un tiempo a la fecha ha surgido un nuevo movimiento denominado “Moda Sostenible” que consiste en que los compradores tomen conciencia de cómo se fabrican los productos que compran, por ejemplo cuando adquirimos una linda billetera o un lindo sastre nos deberíamos fijar en el detrás de cámaras, es decir, pensar en cómo se hizo la billetera o cómo se confeccionó el sastre que compramos y es que en verdad deberíamos considerar como ha sido elaborado, si dañamos al medio ambiente, si las personas que han trabajado para fabricarlos lo han hecho con las condiciones mínimas de trabajo. Y es que el consumismo a la fecha hace que compremos los productos en general, sin ni siquiera darnos cuenta e imaginarnos todo el trabajo y cuántas horas invertidas se han necesitado para obtener el resultado final.

La industria de la moda debe ser considerada como un negocio y como tal tratarla, el cual brinda trabajo a muchas personas; además, consideremos toda la cadena de producción y comercialización que es mucho más extensa de lo que lo que nos imaginamos, desde la conceptualización del diseño pasando por la importación de materias primas, celebración de contratos de fabricación, distribución, arrendamiento, comercialización, promoción y exportación de los productos, es decir, todo el proceso hasta que el producto llegue finalmente a manos del cliente.

 A la fecha hay una tendencia de que los compradores ya están viendo más allá del producto cuando lo adquieren, no sólo pensar en qué lindo ese vestido o ese zapato, sino también, reflexionar en el procedimiento y producción, si se han utilizado insumos orgánicos para elaborarlo, si al momento de teñir la prenda no se echó la tintura al río, si las personas que han trabajado se encuentran debidamente remuneradas o se cumplen con ellas por lo menos con las condiciones mínimas de trabajo. Esto también se refleja en nuestro país que para proteger el medio ambiente las fábricas tienen la obligación de contar con estudios de impactos ambientales o en algunos casos se está comenzando a cumplir con los requisitos de Comercio Justo, es decir, existen organizaciones como el Flocert que posee un sello de Certificación Fairtrade, el cual otorga una garantía de calidad a un producto cumpliendo con una serie de prácticas justas a lo largo de toda la cadena de producción y que ya son solicitados por los compradores internacionales.

Cabe resaltar que en la actualidad se encuentran en pleno auge empresas sostenibles que cuentan con “Marcas Green”, las cuales fomentan el cuidado del medio ambiente y a consumir productos orgánicos, en el Perú tenemos a las marcas Ayni, Philomena, Sassai Joyas por citar algunas así como a nuestra diseñadora peruana Susan Wagner, las cuales implementan una serie de estrategias de sostenibilidad en las áreas de su diseño y producción, usando materiales orgánicos y procesos ecológicos. Sin embargo, lamentablemente, hay que tener cuidado con algunos diseñadores que también utilizan el termino Sostenible de manera engañosa o “Greenwashing”, es decir, usan afirmaciones falsas diciendo que son empresas ecologistas para promocionar sus productos cuando en realidad no lo son, lo cual puede constituir una publicidad engañosa susceptible de una denuncia ante Indecopi.

Cabe precisar que el movimiento de moda sostenible se extendió a raíz de la tragedia ocurrida el 24 de abril de 2013, cuando se derrumbó una fábrica textil ubicada en el Edificio Rana Plaza, en Daca (Bangladesh), en donde murieron más de 1000 personas, descubriéndose que muchos trabajadores eran niños, mujeres e inmigrantes que laboraban en condiciones infrahumanas. Este terrible accidente sirvió de punto de partida para la realización de un documental denominado “The True Cost”, realizado por la hija de Paul McCartney, la señora Stella McCartney, quien descubre las verdaderas condiciones de vida de los trabajadores de ese país y ver como las empresas textileras de prestigio internacional producen sus productos.

Es por eso que a raíz de lo sucedido, este 24 de abril de 2017 se celebrará en muchas partes del mundo -incluido en el Perú- el Fashion Revolution Day, el cual reivindica y exige a las empresas manufactureras que contraten a su personal con las condiciones mínimas de trabajo, respetando lo establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el Pacto de las Naciones Unidas y en los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Los organismos reguladores señalan que nadie puede trabajar de manera forzada, que se debe contar con una edad mínima para el trabajo, que se tiene derecho a pertenecer a un sindicato, que a los trabajadores que laboran en las fábricas textiles se les pague una remuneración digna por las horas trabajadas, que cumplan con horarios de trabajo adecuados y que se tenga en cuenta que todas las personas involucradas en el sector de la moda deben ser tratados con respeto y sin discriminación alguna.

Como podrán apreciar, el derecho de la moda no es ajeno, es más la idea es que en base a estas malas experiencias aprendamos todos y nos concienticemos de la importancia de cumplir con la Declaración Universal de los Derechos Humanos que en el numeral 1 de su artículo 23 señala que: “Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo (…)”.

Por todo lo expuesto, considero que ha llegado el momento de hacer una reflexión en el mundo de la moda y analizar cómo hemos llegado hasta nuestros días, en dónde estamos y qué es lo que construiremos mañana, como dice el refrán aprendamos del pasado para construir un futuro mejor, qué así sea.

Annalucia Fasson Llosa
Socia del Área Corporativa y Jefe del Área de Derecho de la Moda y Retail en el Estudio Muñiz. Cuenta con una maestría en Finanzas y Derecho Corporativo en la Universidad ESAN y ha realizado estudios especializados en derecho de la moda en la Universidad de Fordham (Nueva York). Asimismo, cuenta con un Seminario de Internacionalización de Empresas y Gestión de Personas en la Escuela de Negocios ESADE (Barcelona) y con una especialización en seguros por el Instituto de Formación Bancaria. Es profesora del curso de Estructuración Legal en la Industria de la Moda y Retail del Programa de Especialización para Ejecutivos (PEE) de la Universidad de ESAN; del curso de Normas Legales de la carrera de Diseño de Moda así como de los cursos de Etica y Moda y de Derecho de la Moda de la carrera de gestión textil del Centro de Altos Estudios de Moda así como de Derecho Comercial del diplomado de Fashion Management en el mismo centro de estudios. A su vez ha sido profesora del curso de Moda y Propiedad Intelectual y de Publicidad y Moda del Programa de Especialización de Propiedad Intelectual de la Universidad Pacífico. Actualmente es mentora de la incubadora Emprende UP de la Universidad Pacífico, para los emprendimientos en real estate y retail en general. Ha sido ponente en congresos internacionales organizados por la Universidad Mayor de Chile, el Instituto de Fashion Law Argentina y el Instituto Fashion Law España. Ha sido reconocida con el Highly Recommended en Media & entertainment - Luxury & fashion en el 2018 así como Líder en Luxury & fashion en el 2019 por la revista Leaders League. En el 2020, también fue nombrada como Líder en Luxury & fashion por la revista Leaders Legue.