En anteriores oportunidades, he escrito sobre la economía verde, la misma que promueve la lucha contra la contaminación, basándose en el respeto de las normas medioambientales, la concientización de la responsabilidad social en las comunidades así como la creación de empresas “Green” o verdes, conocidas como empresas de triple impacto que tienen como pilares desarrollar aspectos sociales, ambientales y económicos, lo cual coincide con la iniciativa de muchos fashion retailers quienes en la actualidad consideran como una opción de negocio el desarrollo de una marca “Green”, difundiendo así el movimiento de moda sostenible en todo el mundo.
Por eso, siguiendo esa línea, en este artículo desarrollaremos el concepto de la Economía Azul, la cual a diferencia de la Economía Verde, tiene por finalidad utilizar y aprovechar al máximo los recursos naturales disponibles, inclusive sus residuos.
El concepto económico de la Economía Azul nació en su libro de Gunter Pauli, “La Economía Azul. 10 años. 100 Innovaciones. 100 millones de Empleos”, en el cual plantea una alternativa de producción basada en los recursos naturales propios de nuestro planeta, incluyendo la utilización de los desechos en aras de las necesidades de la sociedad y la economía debido a los emprendimientos rentables y medioambientales.
Bajo este concepto, se ha ido desarrollando una corriente denominada “La Moda Azul”, como una contramedida de la industria de la moda, textil y fashion retail en general, la cual es una de las industrias más contaminantes del mundo. En ese sentido, se plantea utilizar materias primas y subproductos marinos para desarrollar negocios que apoyen a comunidades pesqueras, reduciendo el desperdicio y ofreciendo alternativas empresariales que sean sostenibles, como por ejemplo la utilización de la piel del pescado como cuero para el diseño de zapatos, carteras y prendas de vestir, dándole un segundo uso ya que se usaría el pescado no solo para la alimentación sino también para una industria indumentaria que proveche su piel.
En ese sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), se encuentra promoviendo su producción, a través de la iniciativa denominada “Crecimiento Azul”, la cual promueve la protección de ecosistemas en beneficio de comunidades que dependen de la pesca y sus industrias relacionadas, tanto así que el 27 de noviembre de 2018, con motivo de la Conferencia sobre Economía Azul Sostenible que se organizó en Nairobi, seleccionaron como proveedor oficial de cuero de pescado de Kenia, a la empresa Victoria Foods.
Por otro lado, en Islandia se encuentra la empresa Atlantic Leather, que es propietaria de la única curtiembre de pescado de Europa, la cual procesa pieles de pescados tales como el salmón, bacalao, entre otros y las vende a marcas de lujo, como por ejemplo a Jimmy Choo, Dior y Ferragamo, siendo esta materia prima muy demandada en la actualidad.
Y si piensa que esto sucede en otros continentes, les comento que en el Perú ya existen varias marcas de moda que utilizan la piel de pescado como materia prima para hacer sus productos tales como Qaya Cuero de Pescado Peruano (https://www.facebook.com/QAYA-Cuero-De-Pescado-Peruano-668213430005986/) o Fish Art Perú (https://www.facebook.com/FishArtPeru/), e inclusive en la Feria “Manos Creativas” realizada el año pasado, 12 artesanas del distrito chiclayano de Santa Rosa, vendieron sandalias, monederos y billeteras utilizando pieles de pescado tales como bonito, corvina y tollo.
Ojalá pronto nuestras autoridades, puedan incentivar el desarrollo de este tipo de emprendimientos que no solo generaría más ingresos a los peruanos sino también promoverían un mejor manejo de nuestros recursos naturales evitando la contaminación de nuestro planeta.
¿Y a Usted querido lector, se le ocurre alguna otra forma en la que se debería promover la economía azul en nuestro país?