¿Por qué no le alcanza el sueldo a Leyla Chihuán?

“Para el ritmo de vida que llevo, no me alcanza, ¡no me alcanza! (el ingreso que obtiene por su trabajo en el Congreso de la República)”. Textualmente esa fue la confesión que la señora Leyla Chihuán Ramos, exvoleybolista, y actual congresista peruana, hizo al periodista Nicolás Lúcar el pasado 23 de octubre.

La frase es polémica si partimos del hecho público que un congresista de la República percibe mensualmente S/ 15, 600, a los que se aúnan conceptos especiales tales como S/ 7, 000 por gastos de representación y S/ 4, 000 por combustible. Asimismo, gozan de gratificaciones, asignación familiar y tarjeta navideña, beneficios poco comunes si reparamos en que la informalidad alcanza al 73% de la fuerza laboral en el Perú.

Era esperable el aluvión de críticas. Para muchos, en nuestro país la agenda es sobrevivir antes que vivir. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), al 2018 la tasa de pobreza en nuestro país equivale al 21,7% de la población. ¿Qué implica ello? Pues, que 6´ 906,000 peruanos subsisten gastando menos de S/ 338 mensuales. S/ 11 al día.

Ahora bien, sin perjuicio de lo señalado, en este espacio creemos que a la confesión de Leyla Chihuán no subyace una actitud soberbia, tal como suponen muchos de sus críticos. En efecto, conforme tratamos en un artículo anterior[1], obtener ingresos altos no es garantía de que el dinero le alcance a las personas.

Así, por ejemplo, Mike Tyson, el famoso boxeador norteamericano, deportista como Chihuán, llegó a amasar una fortuna de 300´000, 000 US $. Sin embargo, no supo administrarla adecuadamente. El púgil era presa de excentricidades difíciles de costear, como poseer tigres de bengala en lugar de mascotas y ser capaz de financiar una fiesta de cumpleaños por un valor de 400, 000 US $.

A nivel local tenemos el caso del exfutbolista Hugo Sotil, quien jugó en el club Barcelona de España, obteniendo ingresos significativos. En su momento Sotil gozó de tanto éxito que hasta protagonizó una película  llamada “El cholo, la rubia y el fútbol”.  La leyenda refiere que en su época de gloria el futbolista solía prender cigarros empleando billetes de dólares. Aunque él refiere que esto último es falso, lo cierto es que poco hizo para administrar sus finanzas adecuadamente. Se sabe que el zurdo, como buena parte de los adultos mayores del país, actualmente depende del apoyo económico de sus hijos.

Los casos de personas que fueron capaces de amasar fortunas y perderlo todo son numerosos. La pregunta es, ¿por qué a una persona no le alcanzan sus ingresos?

Descartando de plano que la dimensión de los ingresos resulte determinante para el manejo de las finanzas personales, la respuesta es simple: porque gastamos más de lo que tenemos[2]. PANASIUK señala que la diferencia entre llegar a fin de mes y no llegar, no se encuentra en la cantidad de dinero que ganamos sino en la cantidad de dinero que gastamos[3].

En ese sentido, las razones por las cuales gastamos de más son múltiples y varían de acuerdo a cada perfil que tengan las personas: necesidad de ostentar, interés en actuar conforme a un determinado patrón social, descontrol por factores sicológicos (depresión, ansiedad), etc. El problema jamás será superado sin un manejo de finanzas básico, para lo cual es preciso trabajar el autocontrol en los gastos y emplear herramientas fundamentales como el presupuesto.

El autocontrol en los gastos nos permitirá no incurrir en gastos superfluos o en la adquisición de cosas que realmente no necesitamos. Por su parte, el presupuesto constituye un instrumento que nos permite organizar nuestras finanzas y establecer metas de ahorro. Si no tenemos claro el manejo de nuestros ingresos y egresos, pues entonces seremos pasibles de incurrir en sobreendeudamiento.

Siguiendo esa línea, a través de la educación financiera, es momento de incorporar hábitos financieros saludables al interior de nuestras familias. A partir de ello, los integrantes de dicha familia alcanzarán el éxito financiero deseado, el cual, como hemos indicado, nada tiene que ver con la acumulación de posesiones sino con evitar acumular deudas.

Respondiendo a la pregunta que da título al presente artículo, a Leyla Chihuán no le alcanza el sueldo porque no ha aprendido a manejar sus finanzas personales. Recibir educación financiera y, en específico, llevar a cabo un cambio actitudinal, probablemente le serán de mucha ayuda.


[1] Ver artículo: “El alemán observador. Apuntes en relación al sobreendeudamiento y su regulación en el Perú”.

[2] En nuestro país incluso, la deuda promedio con tarjeta de crédito asciende a S/ 6, 240  (seis mil doscientos cuarenta nuevos soles), un monto significativo, sin lugar a dudas. Ver: ALVA PINO, Marco (09 de noviembre de 2017). Los retiros de efectivo con tarjeta de crédito llegan a S/ 5, 979.4 mills. Diario Gestión. Pág. 2-3.

[3] PANASIUK, Andrés. ¿Cómo llego a fin de mes? Pág. 9.

Jorge Antonio Machuca Vilchez
Magíster en Derecho Bancario y Financiero (PUCP). Diplomado en Derecho de Consumo por la Universidad de Castilla – La Mancha. Egresado de la Escuela Profesional de Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Docente en la Escuela de Postgrado de la Universidad Pacífico, Universidad Privada del Norte (UPN) y en el IFB. Actual Director de Iuris Dictio (2016 - a la fecha).