Tras el terremoto de Pisco (región Ica, Perú), del 15 de agosto de 2007, el gobierno central de aquella fecha prometió un bono de 6,000 soles (Bono 6000) para toda persona o familia damnificada que habría sufrido daños en sus viviendas. El bono, aplicable para la reconstrucción, demoró meses en ser entregado porque no se tuvo claro quién era su titular o beneficiario (quienes ocupaban las viviendas, en su mayoría, eran poseedores, no propietarios), además decenas o cientos de miles considerados como damnificados no estaban en los padrones o estándolo nunca recibieron el bono. Al final ocurrió un fracaso: la demora y omisión produjeron constantes protestas, los damnificados beneficiados usaron el bono para otros fines, y fue una excepción la reconstrucción de viviendas con el Bono 6000 (ver diarios posteriores al 15-08-2007).
¿Ocurrirá la misma experiencia con el subsidio monetario de 380 soles (subsidio 380) por hogar o familia vulnerable decretado por el gobierno central (Decreto de Urgencia Nro. 027-2020 del 16 de marzo de 2020) para enfrentar el riesgo de la propagación del Coronavirus (COVID-19)?
Esperamos que ello no ocurra, pero lamentablemente existen evidencias que orientan una respuesta diferente. Una primera aproximación a estas evidencias se encuentra en las causas que pueden cuestionar la lista de hogares o familias vulnerables elaborada por el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social a cargo de la medida. Al día 20 de marzo de 2020, luego de haber transcurrido 4 días de decretados el Estado de Emergencia y el pago del subsidio 380, aún no se había hecho público la lista de beneficiarios. A pesar de la exigencia empleada en la elaboración de la lista, por el cruce de información recopilada en años, es probable que dicha lista tenga errores por las siguientes razones:
- La data o los datos que son fuente de información para identificar a las familias vulnerables y, por tanto, beneficiarias del subsidio 380 se debilitan por una falta de actualización y las dudas o limitaciones de objetividad en su recopilación.
- Hay una masa migrante diversa que puebla los alrededores de las grandes ciudades cada año. Esta masa que migra de los Andes o la Amazonía se une a los hijos de los migrantes anteriores para que juntos ocupen nuevos Asentamientos Humanos y aumenten la lista de hogares o familias vulnerables.
- Migrantes extranjeros, específicamente familias venezolanas, en una cifra mayor al millón de habitantes se suman como vulnerables sin estar seguros de integrar la lista de beneficiarios.
- Las familias rurales de extrema pobreza no estarían incluidos como beneficiarios.
- Tras el Estado de Emergencia y la orden de inmovilización obligatoria, miles de familias que dependen de su trabajo diario o cuasi diario han quedado sin recursos aumentando la lista de familias vulnerables.
A estas evidencias producto de la diversidad y movilización social de nuestra población, se suman tres observaciones más: una sobre el monto del subsidio, otra sobre el riesgo de corrupción y una última sobre el sentido del subsidio. Así, ¿Alcanzan 380 soles para que una familia integrada por padre, madre y tres hijos subsistan 15 días sin otro ingreso económico? ¿El monto total del subsidio 380, que asciende a más de 1,170 millones de soles, estará libre de corrupción privada o pública? ¿Ayuda a las familias vulnerables contener su pobreza recibiendo dinero y en forma individual?
Teniendo en cuenta estas causas y observaciones, es posible pensar en otras alternativas.
Conforme a la ley del Sistema de Gestión del Riesgo de Desastres (Ley Nro. 29664 del 11 de febrero de 2011), aplicable en forma complementaria a las acciones de emergencia sanitaria declarada contra la propagación de Coronavirus, es posible diseñar otra estrategia y metodología para atender a las familias vulnerables. Esta estrategia y metodología tiene como base los principios de participación y autoayuda regulados en el artículo 4º de la ley:
“IX. Principio de participación: Durante las actividades, las entidades competentes velan y promueven los canales y procedimientos de participación del sector productivo privado y de la sociedad civil, intervención que se realiza de forma organizada y democrática. Se sustenta en la capacidad inmediata de concentrar recursos humanos y materiales que sean indispensables para resolver las demandas en una zona afectada.
“X. Principio de autoayuda: Se fundamenta en que la mejor ayuda, la más oportuna y adecuada es la que surge de la persona misma y la comunidad, especialmente en la prevención y en la adecuada autopercepción de exposición al riesgo, preparándose para minimizar los efectos de un desastre.”
Bajo estos principios es posible que el gobierno central coordine con las autoridades locales (distritales) para que, con el apoyo de las Fuerzas Armadas y/o Policiales, confirme la información de hogares o familias vulnerables de su jurisdicción. Con esta confirmación las familias vulnerables se reorganizarán y solo respetando las reglas preventivas sanitarias recibirán en forma directa o bancaria del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (bajo constancia del gobierno local y/o de las Fuerzas Armadas y/o Policiales) el subsidio que utilizarán en forma de autoayuda comunitaria, protegiendo a los más débiles.
¿Puede pensarse en otras alternativas? Seguro, la misma población vulnerable tiene propuestas.
Fuente de la Imagen (*): https://larepublica.pe/resizer/2fTqWVn2631U8kKvLTTIo8S6aVo=/1200×660/top/arc-anglerfish-arc2-prod-gruporepublica.s3.amazonaws.com/public/G4FZ34JCRVEVRESIT5WQDT3QRY.jpg