El último concierto de Gustavo Cerati en Lima se llevó a cabo el 24 de abril del 2010. Nadie imaginó que esa sería la última vez que el ex líder de Soda Stereo pisaría Lima para dar un concierto. Hoy en día, 28 de junio de 2020, a la fecha de redacción del presente trabajo, se han cumplido 21 años desde que Cerati lanzó el disco número dos en su carrera como solista bajo el título: “Bocanada”. Esa vez, Cerati usó una gran cantidad de “samplers”, que había recopilado de otras canciones, para armar mucho del material que forma parte del Bocanada.
A todo esto: ¿Qué es un sampler bajo el Derecho de Autor? Pues consiste en extraer fragmentos de obras musicales existentes y emplearlos para componer obras nuevas de creación que contengan un requisito de originalidad. Por ejemplo, la canción “Hips dont lie” de Shakira, contiene el sampler (El fragmento en base a trompetas de la introducción) de la canción de Jerry Rivera: “Amores como el nuestro”.
Para entender mejor lo señalado se ha elaborado el siguiente cuadro dónde podremos encontrar más detalles respecto al Bocanada:
Del análisis del cuadro anterior damos cuenta que el 42.85 % del total de canciones del Bocanada cuenta con samplers, por lo que esto implicó que Gustavo Cerati haya tenido que pagar por la cesión de casi la totalidad de derechos patrimoniales que emanaban de dichos samplers a los autores originales. Esto último debido a que dichos samplers fueron adaptados a una nueva obra.
Asimismo, la venta del álbum Bocanada al público en general implicaba que dichos samplers iban a ser materia de reproducción, comunicación y distribución al público. Cerati sabía que debía pagar por esos derechos patrimoniales de forma que Bocanada sea una obra que no pueda ser materia de infracción a los Derechos de Autor y salga a la venta al público, lo cual ocurrió el 28 de junio de 1999, bajo el sello discográfico BMG Ariola Argentina S.A.
El uso del sampling en una obra derivada debería ser protegido por los Derechos de Autor, siempre que tenga las siguientes características:
- El resultado de la obra final debe tener una cuota de originalidad e impronta de la personalidad del autor, es decir, que no sea un mero plagio.
- Se reconozca a los autores originales del sampling en los créditos de la obra final.
- Se pague los derechos patrimoniales correspondientes a los autores originales por el sampling realizado
- Se validen los demás derechos patrimoniales al autor original que emanen del uso del sampling para cada caso.
En este caso, Cerati demostró que el uso del sampling puede crear obras con una gran cuota de originalidad puesto que Bocanada es considerado como uno de los mejores trabajos del argentino, habiendo sido catalogado por numerosos críticos musicales como una de sus obras maestras.
Por ejemplo, el track número ocho del Bocanada, “Verbo carne”, contó con la interpretación de 48 músicos de The London Session Orchestra, lo cual le dio un aire sinfónico a la canción tomando como inicio un sampler de la canción “Feel” de The Verve, banda británica muy conocida en los 90s.
Incluso, el track número doce “Aquí y ahora”, que no contiene un sampler, fue inspirado en el cuento “El Jardín de los Senderos Que Se Bifurcan” de Jorge Luis Borges.
En ese sentido, Bocanada representó un experimento para Gustavo Cerati, puesto que lo acercaba más al sampling lo que se vería reflejado en sus futuros trabajos; sin embargo, el sampling ya lo había usado en canciones como “Pulsar” del álbum Amor Amarillo (Álbum previo al Bocanada). Si escuchamos mucha de la discografía de Cerati, podremos apreciar muchos rastros de sampling; sin embargo, hay un elemento subjetivo que Gustavo Cerati añadió esos samplers los cuales, bajo una impronta de su personalidad y creatividad, resultan en obras musicales con mucha originalidad.
Hoy en día, el uso del sampling en la industria musical ha evolucionado hasta convertirse en una práctica usual en muchos géneros como Tame Impala en el rock psicodélico; o en el reguetón, Bad Bunny, cuyo tema Safaera contiene casi 11 recortes de samplers fragmentados de canciones como “Dem Bow” del jaimaiquino Shabba Ranks, “Sueños Mojados” de Dj Nelson o “El Tiburón” de Alexis y Fido[1].
Gustavo Cerati falleció el 4 de septiembre del 2014, tras pasar cuatros años en coma tras un accidente cardiovascular en el 2010; no obstante, nos dejó un legado con sus obras musicales, muchas de ellas usando samplers, lo cual nos hace reflexionar el futuro que se aproxima con el avance de la tecnología en la música y su impacto en los Derechos de Autor puesto que hoy en día los samplers se han vuelto algo muy común en el negocio musical (Cerati fue uno de los pioneros en el uso de sampling en 1999, fecha en la que los samplers no eran muy conocidos y fue tildado por algunos medios como plagio).
Es necesario seguir investigando las nuevas tendencias musicales, puesto que el Derecho de Autor se nutre de la tecnología para actualizarse; mientras tanto, podemos dar “Gracias Totales” a Cerati por el legado que nos dejó.
Bibliografía:
[1] La canción Safaera de Bad Bunny fue retirada del contenido de Spotify el 14 de mayo al parecer por un conflicto de Derechos de Autor. El día 15 de mayo del 2020 Safaera volvió al contenido licenciado por Bad Bunny a Spotify.
Fuente de la imagen:
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