¿Deberíamos reconocer al Perú como un Estado Plurinacional?

Existen diferentes formas de definir nación; para Luis Villoro, por ejemplo, nación hace referencia a la existencia de una comunidad de cultura que posee una conciencia de pertenencia, un proyecto en común y establece relación con un territorio (1998:13). Es decir, un grupo de personas que conforman una comunidad que comparte una forma de vida y se autoidentifican con esta al mismo tiempo que deciden hacerla perdurar y establecer un lugar en la tierra como su lugar de referencia. Esta definición resulta muy cercana a la establecida por Bolivia, que como parte de su constitución en el artículo 30 establece que es nación: “…toda la colectividad humana que comparta identidad cultural, idioma, tradición histórica, instituciones, territorialidad y cosmovisión…”. Sin embargo, diferentes autores han definido nación desde concepciones napoleónicas, donde el modelo estado-nación equivale a la unidad del estado e igualdad de todos los habitantes ante la ley, conforme al principio de un sólo Estado, una sola nación (Clavero 2000: 95). Esta última hace referencia a una tradición francesa de nación, donde, según Sieyés, “la nación está compuesta por todas aquellas personas que manifiestan la intención de convivir bajo una misma comunidad política, sin importar las diferencias culturales, lingüísticas, religiosas o étnicas” (Marín 2021) De hecho, los estados latinoamericanos se constituyeron a partir de la imagen y semejanza de los modelos revolucionarios europeos de fines del siglo XVIII e inicios del XIX…” (Guevara 2001: 328) y optaron por esta última noción de nación.

El Perú, de hecho, al adoptar este modelo de estado-nación, no tomó en cuenta la realidad social y la diversidad sociocultural existente en nuestro país. Esto no solo provocó una desconexión entre lo que se establecía en la Constitución con la realidad, sino que también invisibilizó por muchos años a los pueblos originarios mientras que se construía un estado monolítico y homogéneo. A decir verdad, mucho antes del nacimiento del estado en nuestro país, ya existía una pluralidad de culturas, comunidades y poblaciones; el territorio ocupado ahora por la nación peruana ha sido siempre un espacio pluriétnico, multicultural y plurilingüe (Godenzzi 2004: 7), que ha estado lleno de luchas sociales de los pueblos por su reivindicación y reconocimiento. Actualmente, según los datos del Ministerio de Cultura, aún perduran 55 pueblos indígenas en el Perú, siendo 51 de la Amazonía y 4 de los Andes. Además, el 25% de la población nacional se identifica como indígena u originaria y se hablan 48 tipos de lenguas en el país. (Gob.pe 2022).  De igual forma, el Tribunal Constitucional como parte de la STC N°0042-2004-AI/TC ha reconocido la existencia de pueblos y culturas originarias y ancestrales en el Perú; y como parte de la Constitución de 1993, se reconoce al Estado peruano como multicultural y pluriétnico.

Por su parte, la Constitución de 1993 en los art. 2° inc. 19, 17°, 48°, 89° y 149° reconoce no solo su identidad cultural y la existencia de la pluralidad étnica y cultural en nuestro país, sino también su derecho a su propio idioma, al reconocimiento de ejercer funciones jurisdiccionales según el derecho consuetudinario y como personas jurídicas dentro de nuestro ordenamiento. De igual jerarquía, se encuentra la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígena, donde se consiga la libre determinación y autonomía, además de una representación política para los pueblos indígenas y el Convenio 169 como instrumentos internacionales sobre la diversidad cultural.

De tal forma, existen fundamentos sociales e históricos (presencia de pueblos originarios), políticos y jurídicos y si seguimos la primera noción expuesta al inicio de este corto ensayo y acoplamos una concepción de nación a la tradición alemana, donde la etnia y la cultura ocupan un lugar primordial, entonces podemos decir que de hecho si se podría sostener la idea de que existen diversas naciones en el Estado Peruano. De hecho, los wampis han optado por iniciar un proceso de titulación y reconocimiento de su territorio pasando a denominarse como “Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampís”. Este es el camino que pueblos como los awajún, shipibos, ashaninkas y ashuar están siguiendo para su reconocimiento como naciones autónomas (Durand 2021). 

Ahora bien, un estado plurinacional, según José Rivera, “es un modelo de estado que se organiza política, social y jurídicamente sobre las bases de la unión de varias naciones y pueblos indígenas originarios campesinos bajo una misma Constitución y gobierno estatal, pero con el reconocimiento a esas naciones de su territorio propio, su régimen económico, idioma, sistema jurídico y el derecho de autogobernarse, con competencias administrativas, económicas y culturales” (Soto 2021:8). Nos estaríamos refiriendo, entonces, a la existencia de varias naciones bajo un mismo estado, lo cual implicaría, por tanto, abandonar “la base de la cultura jurídica de la ideología del Estado-Nación y el monismo legal, asociados a la teoría del monopolio estatal. El ideal de construir naciones culturalmente homogéneas identificando nación con la idea de un solo pueblo, una sola cultura, idioma e identidad, regido por una sola ley y sistema de justicia (citado en Robles y otros 2021)

Si partimos de esta definición, podemos decir que fue la utilizada por Ecuador en el 2008, por Bolivia en el 2009 y por Chile para reconocer su carácter de estado plurinacional. Al respecto, al menos 13% de la población chilena se reconoce como parte de los pueblos reconocidos por la Ley Indígena (Contreras y otros 2022). En el Perú, como vimos, esa cifra aumenta a un 25% de la población peruana que se identifica como indígena u originaria. Asimismo, como se expuso líneas arriba, hay fundamentos para sustentar la existencia de diferentes naciones en nuestro Estado y tomando lo declarado por el Tribunal Constitucional, “se trata de la identidad de los grupos étnicos, es decir, de “(…) aquellas características, cualesquiera que puedan ser que, al prevalecer dentro del grupo y distinguirlo de los demás, nos inclinan a considerarlo un pueblo aparte.” (STC N° 00006-2008-AI FJ 19). Declarar el carácter plurinacional del Estado peruano conllevaría una serie de aspectos positivos innegables como el hecho de garantizar los derechos de los pueblos originarios a su territorio, cultura y tradiciones, a su preservación, reconocimiento de su libre autonomía y determinación, así como a la igualdad de condiciones. Los criterios que se podrían tomar en cuenta podrían ser, por ejemplo, los patrones culturales, el lenguaje, las instituciones sociales, los rituales cívicos, las costumbres, creencias, cosmovisión, formas de ver/establecer justicia, las tradiciones, la identificación de las personas con su nación, los modos de vivir en común, las creencias religiosas, el reconocimiento de un territorio. 

Este reconocimiento implicaría el otorgamiento de derechos políticos, a la participación y decisión en el orden jurídico, político y económico. Asimismo, también será necesaria la titulación de los territorios de estas naciones para su limitación geográfica y con ello el otorgamiento de la nacionalidad de sus pobladores y la gestión territorial autónoma. Asimismo, también implicaría el reconocimiento de la propiedad intelectual de sus conocimientos. Jurídicamente, el reconocimiento de las naciones conllevaría a cambiar el formalismo jurídico por el pluralismo jurídico mediante la existencia de tribunales constitucionales plurinacionales y poder judiciales en las naciones, donde se aplique su forma de derecho y se les dote de eficacia jurídica. Por último, políticamente, su reconocimiento garantiza la existencia de puestos de gobierno de funcionarios de las distintas naciones. 

Sin embargo, también se pueden percibir una serie de riesgos como la existencia de dinámicas separatistas. A decir verdad, el escenario político de los últimos años ha dejado entrever que tenemos mucho por mejorar como país, que existen brechas que nos separan unos de otros, aún perduran los males sociales como el racismo y formas de discriminación y la polarización política se ha traducido en una cultural, social y geográfica al punto de solo parecer nación cuando se trata de un juego de fútbol o de la gastronomía que nos representa. Asimismo, también se podría afectar a la política exterior y la configuración geopolítica (Camacho 2022), así como cabe la posibilidad de que estas naciones con su propio autogobierno bloqueen la ejecución de políticas de carácter estratégico del gobierno central. Evidentemente, se requeriría de un planeamiento constitucional que permita alcanzar un equilibrio entre los diversos órganos que convivirían en el estado y una capacidad de consenso lo bastante arraigada para llegar a acuerdos entre las diferentes naciones. 

En ese sentido, en vista de nuestro escenario política actual, aún no estamos preparados para asumir el proceso de conversión de nuestro Estado a un estado plurinacional en el que se cumplan eficazmente todos los derechos que conllevarían el reconocimiento de las diferentes naciones. Es decir, se generarían más riesgos que aspectos positivos, los cuales son los que finalmente impulsan el reconocimiento de plurinacionalidad. Por tanto, deberíamos seguir conformados por una única nación, pero siguiendo ahora el concepto que nos alcanza Oszlak, donde la constitución de la nación, en un plano ideal, se da por la creación de símbolos y valores generadores de sentimientos de pertenencia que tienden un arco de solidaridades por encima de los variadas y antagónicos intereses de la sociedad civil enmarcada por la nación. (1992: 90). O, por otra parte, preservar el sistema mixto de nacionalidad, donde se reconozca la nacionalidad originaria de principio territorial o personal, así como la nacionalidad derivada o adquirida como parte del reconocimiento y el derecho a la nacionalidad de las personas de las diferentes naciones. Aun así, claramente es un tema que requiere de mayor discusión jurídica y debate político y social al respecto. 


BIBLIOGRAFÍA

CAMACHO, Emilio

2022 José Rodríguez Elizondo: “Lo plurinacional es el error más grave en el borrador de constitución de Chile”. La República. Lima, 10 de julio. Consultado: 30 de agosto de 2022. 

https://larepublica.pe/domingo/2022/07/10/jose-rodriguez-elizondo-lo-plurinacional-es-el-error-mas-grave-en-el-borrador-de-constitucion-de-chile/

CLAVERO, Bartolomé

2000 Ama Lluncku, Abya Yala:  Constituyencia Indígena y Código Ladino para América. s/l: Centro de Estudios Constitucionales.

CONTRERAS, Pablo y otros 

2022  Estado plurinacional: qué es y qué cambia. CIPER. s/l, 11 de julio. Consulta: 30 de agosto de 2022. 

https://www.ciperchile.cl/2022/07/11/17-estado-plurinacional

DURAND, Natalí 

2021  Todas las Sangres: ¿Hacia un Estado Plurinacional? Noticias SER. Lima 23 de agosto. Consulta: 29 de agosto de 2022. 

https://www.noticiasser.pe/todas-las-sangres-hacia-un-estado-plurinacional

GOB.PE

2022   ¿Quiénes son los pueblos indígenas? Gob.pe. Lima, 8 de mayo. Consulta: 29 de agosto de 2022. 

https://www.gob.pe/15251-quienes-son-los-pueblos-indigenas

GODENZZI, Juan

2004   Globalización, Multilingüismo y Educación: El caso del Perú. Revista Aportes Andinos, número 11, pp. 1-11.

GUEVARA, Armando

2001 Las Causas Estructurales de la Pluralidad Legal en el Perú. Derecho & Sociedad, (16), pp. 325-340.

MARÍN, Alfredo

2021  Nación. Economipedia. S/l, 5 de marzo. Consulta: 29 de agosto de 2022.

https://economipedia.com/definiciones/nacion.html

OSZLAK, Oscar

1992 “Estado, Nación, Estado Nacional: Algunas precisiones”. En Derecho Constitucional General. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú,  pp.85-104.

ROBLES, Luis y otros

2021  Fundamentos para el reconocimiento del Estado Pluricultural de Derecho en el Perú. Llalliq, pp. 32-44. Consulta: 30 de agosto de 2022.

http://revistas.unasam.edu.pe/index.php/llalliq/article/view/826

SOTO, Víctor

202  Conceptos de plurinacionalidad e interculturalidad. s/l: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. Consulta: 29 de agosto de 2022. 

VILLORO, Luis

1998   Estado plural, pluralidad de culturas. México, Paidós.