Memorias de África : República Centroafricana

Desde diciembre de 2013, una espiral de violencia azota a la República Centroafricana. Dos grupos alzados en armas, los musulmanes de Seleka y los cristianos de Antibalaka, iniciaron un cruento conflicto interno que ha desangrado y desarticulado al país. La Comunidad Internacional no permaneció impávida ante los sucesos y, a través de la Resolución 2149 (2014), el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas autorizó el envío de diez mil cascos azules, a fin de restaurar la paz y la seguridad de los centroafricanos. Empero, quienes tenían el deber de proteger a la población civil, terminaron torciendo sus propósitos.

Hace algunos días atrás, el Secretario General de las Naciones Unidas, el surcoreano Ban Ki-moon, anunció la dimisión del teniente general senegalés Babacar Gaye como su Representante Especial para la República Centroafricana y como Jefe de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA)[1]. Las graves denuncias de abusos sexuales contra niñas y niños de entre los 9 y 16 años, presumiblemente perpetrados por miembros de los cascos azules asignados en el convulsionado país africano, motivaron que el más alto funcionario administrativo de la ONU exigiera la renuncia de su representante,  la cual no tardó en llegar. En reemplazo de Gaye, Ban Ki-moon nombró al gabonés Parfait Onanga-Anyanga[2].

Sin embargo, este es apenas uno más en la larga lista de capítulos vergonzosos por los que ha atravesado la historia de la joven República Centroafricana —recordemos que recién desde 1960 es un Estado independiente. Si no, basta rememorar al febril gobernante Jean-Bédel Bokassa. En un libro fascinante titulado “Hablando con el diablo: entrevistas con dictadores”, el periodista italiano Riccardo Orizio relata que el 4 de diciembre de 1977 se llevó a cabo “la ceremonia más extraña de la historia contemporánea (…) [:] la coronación de Bokassa I”[3]. Aquel día, el Imperio Centroafricano —la denominación de República Centroafricana había sido dejada de lado—  despilfarró

veintidós millones de dólares (…) para comprar  trajes de ceremonia a los millares de invitados, así como el trono con forma de águila napoleónica de tres metros y medio de altura y cinco de ancho, la carroza imperial dorada y tirada por ocho caballos blancos adiestrados en Bélgica, la corona fabricada por el joyero parisino Arthus Bertrand con diamantes de hasta ochenta quilates, los dos retratos oficiales realizados por el pintor alemán Hans Linus y la marcha imperial y el vals imperial encargados a un músico francés. Más las veinticuatro mil botellas de Moët Chandon y las cuarenta mil de Château Mouton-Rothschild y Château Lafite-Rothschild, y los sesenta Mercedes transportados por barco desde Alemania hasta Camerún y posteriormente en avión hasta Bangui[4].

Han transcurrido cerca de cuatro décadas desde aquel patético evento y la República Centroafricana sigue sumida en el caos y hombres sin escrúpulos continúan gobernándola. Las estadísticas así lo demuestran: en 50 años de vida independiente, 5 golpes de Estado han roto la institucionalidad del Estado; el país ocupa el puesto 180 de 187, según el índice de desarrollo humano de 2013; “tiene una esperanza de vida de menos de 50 años y el 62% de sus poco más de cuatro millones y medio de habitantes vive por debajo del índice de la pobreza”[5]. Lamentablemente, los cascos azules, en vez de ser el respiro humanitario que dicha nación necesitaba, se sumaron a la ola de problemas, representando una suprema afrenta para las Naciones Unidas y, por consiguiente, a la Comunidad Internacional. Ojalá la República Centroafricana pueda, más temprano que tarde, romper el yugo que la ata a situaciones y personajes tan insanos.

No quisiera terminar este breve artículo sin dejar de mencionar que nuestro país, según se desprende de la Resolución Suprema No 726-2014-DE y de las Resoluciones Supremas Nro. 180, 182 y 183 (2015-DE), desplegará una Compañía de Construcción y Mantenimiento Aeródromos en el marco de la MINUSCA.  Por último, cabe agregar que hace algunas semanas atrás, un grupo de representantes del Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas inspeccionaron a la Compañía de Ingeniería que, próximamente, brindará labores en la República Centroafricana[6].


(*)Título tomado de la película “Memorias de África” (Out of Africa), de Sydney Pollack

[1] CENTRO DE NOTICIAS ONU. “Ban solicita la renuncia de su representante especial para la República Centroafricana”. 12 de agosto de 2015. Disponible en  http://www.un.org/spanish/News/story.asp?NewsID=33036#.VdTXP-lTGM8 (visitado el 20 de agosto de 2015).

[2] CENTRO DE NOTICIAS ONU. “Ban nombra a su nuevo representante para la República Centroafricana”. 14 de agosto de 2015. Disponible en http://www.un.org/spanish/News/story.asp?NewsID=33062#.VdTYCOlTGM8 (visitado el 20 de agosto de 2015).

[3] ORIZIO, Riccardo. Hablando con el diablo: entrevistas con dictadores. México DF: Fondo de Cultura Económica, 2007,  p. 52.

[4] ORIZIO, Riccardo. Óp. Cit, p. 53.

[5] GONZALO, Ángel. “La herida abierta de la República Centroafricana”, 5 de noviembre de 2013. En el blog África no es un país del diario El País de España. Disponible en http://blogs.elpais.com/africa-no-es-un-pais/ (visitado el 20 de agosto de 2015).

[6] COMANDO CONJUNTO DE LAS FUERZAS ARMADAS. “Delegación de las Naciones Unidas realizó visita de verificación pre-despliegue a la Compañía de Ingeniería Perú que participará en la MINUSCA”. Disponible en http://www.ccffaa.mil.pe/delegacion-de-las-naciones-unidas-realizo-visita-de-verificacion-pre-despliegue-a-la-compania-de-ingenieria-peru-que-participara-en-la-minusca/ (visitado el 20 de agosto de 2015).

David Sánchez Velásquez
Estudiante del último ciclo de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ex alumno de intercambio en la Universidad de Los Andes, Bogotá, Colombia.